miércoles, 20 de mayo de 2009

SIÉNTETE ORGULLOSO DE HABLAR ANDALUZ

A menudo los andaluces tenemos que enfrentarnos al hándicap de hablar andaluz, “gracias” a la difusión de muchas obras literarias y cinematográficas que asocian personajes graciosos, incultos y vagos con Andalucía, asignando papeles de criados, niñeras, cocineras, peones, etc., que por otro lado son profesiones que nos honran, ya que sólo se delega ese tipo de labores a personas de máxima confianza.

Me parece una gran incongruencia la imagen que se proyecta del andaluz cuando la historia del arte y de la cultura está repleta de numerosos nombres andaluces que han sido ilustres a lo largo de los siglos.

Algunos representantes de los poderes públicos también contribuyen a fomentar este estereotipo calificándonos como indolentes, rezagados, analfabetos y con acento “chistoso”, pero como dice el refrán, no ofende el que quiere sino el que puede; lo único que consiguen con sus comentarios es hacer manifiesta su incultura, porque el dialecto andaluz es el legado de multitud de civilizaciones que han convivido en Andalucía.

La mayor preocupación es la percepción que muchos andaluces tienen de sí mismos y las repercusiones que ello conlleva en su desarrollo personal y profesional, son muchos los que sienten pánico a exponer en público, no sólo por el miedo escénico sino por el miedo a no hablar correctamente, he de decir que el dialecto andaluz en tan correcto como cualquier otra lengua y que no hemos de confundir el dialecto andaluz con los vulgarismos.

Los medios de comunicación, tales como televisión y radio, están contribuyendo a difundir esta percepción, incluso los canales de televisión andaluces tienden a ocultar los diferentes acentos propios de las distintas provincias, otorgando prioridad a comunicadores que no son de la región o que han desvirtuado su acento autóctono.

El problema, yo creo, estriba en que se están perdiendo los referentes y modelos a seguir, diariamente vemos personajes mediáticos andaluces que van abandonando su forma genuina de hablar en detrimento de un acento más castellano. Como solución propondría rescatar y premiar a los artistas e intelectuales que ejercen de andaluces, sobre todo debatiendo los prejuicios y estereotipos que dañan al acento andaluz.

Para concluir os animo a que reflexionéis si es ético, que se cuestione la cultura, el trabajo, la profesionalidad de una persona por el criterio basado en prejuicios sobre su lugar de procedencia o su acento. Lamentable ¿verdad? , pues es una realidad.

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